Sexo Tántrico

“El sexo tántrico no es solo sexo, es una meditación compartida, una danza de energías y un viaje hacia la plenitud y el éxtasis.”

El sexo tántrico es una práctica milenaria originada en el antiguo hinduismo, centrada en la creación de una conexión profunda e íntima entre las personas, mucho más allá del simple acto físico. A diferencia del sexo tradicional, el sexo tántrico se vive como una meditación compartida, donde el objetivo principal no es el orgasmo, sino el disfrute consciente de cada sensación, la expansión de la energía sexual y el fortalecimiento del vínculo emocional y espiritual entre los participantes.

Principios y filosofía del sexo tántrico

• El tantra es una filosofía que significa “continuum” y “urdimbre”, conceptos que remiten a la conexión, la ciclicidad y la creación de una trama conjunta entre las personas.

• El sexo tántrico utiliza todo el cuerpo, no solo los genitales, y se basa en cuatro llaves fundamentales: respiración, movimiento, sonido y presencia.

• Busca mover la energía sexual a través del cuerpo para sanar, transformar y elevar la experiencia sexual a un nivel espiritual.

  
  

Beneficios del sexo tántrico

• Mayor conexión emocional: Fomenta la intimidad y la empatía entre las parejas, permitiendo una comunicación más profunda.

• Aumento del placer: Al prolongar el acto sexual y posponer el orgasmo, se intensifican las sensaciones y el éxtasis puede ser más duradero.

• Reducción del estrés: La atención plena y la respiración consciente ayudan a relajar cuerpo y mente, disminuyendo la ansiedad.

• Autoconocimiento: Promueve una mayor conciencia del propio cuerpo y deseos, mejorando la autoestima y la confianza sexual.

• Transformación de la energía sexual: Permite canalizar la energía sexual para fines de sanación y crecimiento personal.

  
  

¿Cómo practicar el sexo tántrico?

A continuación, algunos ejercicios y claves para iniciarse en esta práctica:

• Respiración sincronizada: Sentarse frente a frente con la pareja, mirarse a los ojos y acompasar la respiración. Esto crea una sintonía energética y emocional.

• Contacto visual: Mantener la mirada durante el encuentro sexual ayuda a profundizar la conexión y el entendimiento mutuo.

• Masajes y caricias conscientes: Explorar el cuerpo de la pareja sin prisas, prestando atención a cada sensación, más allá de los genitales.

• Posponer el orgasmo: Cambiar el ritmo o la intensidad cuando se acerque el clímax, para prolongar el placer y aumentar la energía sexual.

• Presencia plena: Centrarse en el aquí y el ahora, dejando de lado las expectativas y el objetivo del orgasmo.

  
  

Posturas tántricas recomendadas

• Yab-yum: Una persona se sienta con las piernas cruzadas y la otra en su regazo, enlazando sus piernas alrededor de la cintura. Se abrazan y sincronizan la respiración, con o sin penetración.

• El arco relajado: Una persona se sienta con las piernas extendidas y la otra se sienta en su regazo, inclinándose hacia atrás para profundizar la conexión física y energética.

• La diosa: Una variante de la posición de la vaquera, donde se mantiene el contacto visual y la respiración conectada para potenciar el flujo espiritual.

  
  

Reflexión final

El sexo tántrico invita a explorar y experimentar, tanto en solitario como en pareja, para descubrir nuevas formas de placer, conexión y autoconocimiento. No se trata de técnicas complicadas, sino de una actitud de apertura, presencia y respeto hacia uno mismo y el otro. Practicarlo puede transformar la vida sexual y emocional, llevando la intimidad a niveles insospechados.